Los Jóvenes Edad de Pavo

___Clasificación: Tipos de Cerdos___

En cierto modo, la edad del pavo es la degradación más fértil del síndrome de estupidez e inmadurez de un ser humano, un proceder que conlleva la puesta en escena de rebeldía sin causa y desobediencia por excelencia.

Atiborrados de inseguridades, los jóvenes que sufren esta desdicha cambian constantemente de idea como novia virgen y su personalidades las crea los reflejos de espejos ajenos con los que se identifican.

En otras palabras y sin tapujos, estos jóvenes son un delibery de bosta. Llegan a su casa y le amargan la vida a sus padres, quienes deben pagar por ellos. También necesitan darles un trato especial, porque reintegrarlos en la sociedad de una bolea bien dada en culo no está bien visto por la pedagogía y estéticamente no queda bien.

Además del carácter, incluye cambios biológicos. No es extraño que de un día para otro Mariano, que tenían voz de pito, se levante hablando como Cacho Castaña, con más pelo que el hombre lobo y con la cara más alargada que Marilyn Manson.

Se piensa que la edad del pavo es el periodo comprendido entre los trece años hasta los dieciséis, sin embargo, esta desgracia puede alargarse sin límite de edad.

Quitando la muerte de un hijo, uno imagina que el desgarro más grande que pueden sentir unos padres es saber que su hijo, con treinta y pico de abriles encima, sigue envuelto en la edad del pavo - y así continuará embobado hasta que la vida le dé un golpe que lo haga madurar allá por los cuarenta y tantos -

Valdría la pena aclarar ciertas distinciones, pero no sería acertado juzgar a alguien por una sola actitud que coincida con esta etapa. La edad del pavo es mucho más que una acción aislada, es un conjunto de gestos y comportamientos nefastos que marcan el estilo de cada Joven Edad de Pavo. Y toda cosa malsana debe ser ajusticiada con su destrucción.

Pero antes de exterminar algo, hay que asegurase de haberlo identificado correctamente.
Acá algunos ejemplares:

La Fan

Cuando finalmente logra superar la edad del pavo, no entiende cómo pudo haber sido fan de Mambrú, Los Backtrees Boys o alguna banda amanerada del momento. Pero eso no es lo peor, lo verdaderamente feo es cuando se arrepiente de haberse tatuado a Nick Carter en el ojete.
Esta infradotada es más cerrada que culo de muñeco. Lleva un puñado de pircing en la cara y se pasa el tiempo empapelando demencialmente su habitación con una montaña de póster. Digamos que su estupidez es proporcional a la ubicación de su banda en el ranking de los cuarenta principales.
Uno puede entender perfectamente a personas encolerizadas de amor por cantantes como Carlos Gardel, Michael Jackson o Madonna, pero marcarse en el cuerpo con tinta china las iniciales de Elvis Crespo, por ejemplo, es inadmisible. Una persona que haga esa locura debería ser encerrada en un reformatorio hasta que la puedan jubilar.

El Gárgola

Como si una carretilla llena de cemento le hubiese caído encima, este gárgola no tiene vida, no quiere estudiar, tampoco hacer deporte y no hay nada que le entusiasme.
Vive porque su madre le cocina y su abuela le sirve agua en las comidas.
Si alguien le pregunta qué quiere estudiar, este parásito de la vida contesta "no sé" encogiéndose de hombros, nunca sabe lo que quiere hacer el muy pelotudo.
Por su bien, alguien debería hacer algo con este zombie, sus padres, algún abuelo o tutor, pero urgente, antes que alguien lo ajusticie por cuenta propia.

La que se Cree Madura

En el transcurso de la vida no hay nada más incorrecto que saltarse etapas, pero esta estúpida es la reina de hacer lo contrario y es posible que quede embarazada a los dieciséis años.
La muy infradotada vive constantemente en una batalla familiar, contradiciendo todo lo que dicen sus padres.
Con quince años se busca novios de veinticinco o treinta y cree que fumar la convierte en adulta. Quiere aparentar frente a sus amigas que ella es una mujer madura, independiente y que sabe lo que hace.
Hacerse la madura ya es de por sí un acto inmaduro.

El que se Auto-Sacude

Esta máquina de masturbarse va descubriendo nuevas maneras de someterse a los placeres de jugar con su cuerpo y no hay manera de sacarlo a la calle.
Cómo les digo que este ojeroso espera quedarse solo en su casa para poner manos a la obra, para desenfundar el sable, lustrar la espada, manotear el ganso, desplumar el jilguero cantor.
Sin embargo, despertaremos polémica si pensamos que no necesariamente esta práctica es abusada por personas que padecen la edad del pavo.
Curiosamente hasta algunos casados y maduros optan por esta actividad manual antes que una cabalgata con su pareja. "Y gusto son gusto" - decía un gaucho mientras se tiraba a su hermana -

La Resentida Social

Indignada con la vida, esta babosa cree que el mundo está en su contra.
Vive encerrada en su habitación escuchando música, sin entender por qué a Marta le salieron unas tetas como dos pomelos de feria - grandes y brillosos - y a ella un par de frutitas del bosque. O por qué tiene que usar aparato dental, mientras sus amigas pueden presumir de sus dientes pintándose los labios como prostitutas de avenidas.
Su único consuelo es aferrarse al amor de su perro o algún peluche que conserva desde que tiene seis años.

El Boludón

Este personaje surgió de las entrañas de la estupidez social, se desarrolló junto a otros ejemplares y lamentablemente nunca pudo salir de ese terrible entorno. Es como que durante todos sus años se fue inflando el cerebro con helio y ahora no puede poner los pies sobre la tierra. Generalmente vive con sus padres, tiene más de treinta años y es tan inmaduro como cuando tenía dieciocho, por eso sus novias no le duran más de un mes.
La mitad del dinero lo gasta en bulos; el resto, en videos juegos y tecnologías.
Pero este marciano puede jurar que su vida es todo un estilo moderno, a fin de encubrir y no aceptar que aún no salió de la edad del pavo.

Una vez identificado alguno de estos Jóvenes Edad de Pavo, hay que tomar cartas en el asunto. Por supuesto que daría gusto explotarlos con una granada, pero lo aconsejable es que sean los padres quienes intervengan.

No obstante, es ciertos que muchos de ellos atentan contra sus hijos. Ningún Cerdo reprimiría sus ganas de rehabilitar a un mocoso girándole la cara de un revés.
A los Cerdos no le vayan con todas esas sartas de métodos baratos de brindar a su hijo tiempo, comprensión, apoyo emocional y racional, enseñanzas de tipo moral y modelos de comportamientos a seguir, porque no lo harán, para ellos eso es basura de maestras jardineras.

De todos modos, el protocolo pedagógico es lo correcto, según dicen. Yo insisto con explotarlos. Y no sé porque tengo la extraña sensación de que todos ustedes quieren lo mismo.©